CAMBIAR EL ACEITE DEL MOTOR Y LOS FILTROS

El mantenimiento básico para su vehículo.

Los lubricantes tienen como función minimizar el desgaste de las piezas del motor, canalizar las partículas metálicas surgidas de ese desgaste hacia el filtro y ayudar a la refrigeración.

El período de vida útil de los lubricantes se ha elevado mucho en los coches modernos, pero nuestra recomendación es realizar el cambio de aceite cada 15.000 Kms., verificar periódicamente el nivel del depósito y utilizar el aceite recomendado por el fabricante cuando haya que rellenar.

El filtro de aceite tiene como misión retener las partículas metálicas que se desprenden por el desgaste normal del motor y van a parar al aceite pudiendo perjudicar el rendimiento del motor o incluso dañarlo gravemente. Resulta imprescindible reponer este elemento cada vez que se cambia el lubricante.

El filtro de aire evita que el aire que llega al motor contenga partículas abrasivas, favoreciendo una combustión adecuada del combustible. Un filtro en buen estado reduce el consumo de combustible por eso es conveniente su revisión periódica, al menos una vez al año. Si el vehículo circula habitualmente por caminos de tierra es necesaria su sustitución con más frecuencia.

El buen estado de los filtros de combustible también es importante para el adecuado funcionamiento del motor por eso es necesario verificar su estado en cada operación de mantenimiento del vehículo y recomendable su sustitución cada 4 años o 60.000 kilómetros. El filtro de combustible es el encargado de filtrar el combustible que se reparte por el motor evitando que las impurezas y la humedad se vayan acumulando en el depósito de combustible y lleguen a otros elementos como el sistema de inyección. Un mayor consumo de combustible, ruidos al arrancar y al ralentí o paradas del motor son algunos de los signos que nos alertan de su mal funcionamiento.

Los filtros de habitáculo tienen como misión evitar la entrada al interior del vehículo del polvo y granos de polen que se encuentran en suspensión en el ambiente. Un filtro del habitáculo en mal estado puede provocar averías en el sistema de climatización, malos olores y un mayor consumo energético -al reducir el flujo de aire-.

Es conveniente reponerlos una vez al año, salvo que frecuentemente se conduzca por terrenos polvorientos o con mucha suciedad que hay que cambiarlos con mayor frecuencia.

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